El uso de durómetros permite evaluar las propiedades de un material, como resistencia, ductilidad y resistencia al desgaste, ayudando a determinar la idoneidad de un material o tratamiento para un propósito específico. Las pruebas de dureza miden la resistencia de un material a la deformación permanente al ser penetrado por un material más duro. Sin embargo, la dureza no es una propiedad fundamental del material y debe interpretarse considerando factores como la carga aplicada, el perfil de tiempo de carga y la geometría del indentador.

Existen dos métodos principales para pruebas de dureza en la práctica: el método UCI (impedancia de contacto ultrasónico) y el método Leeb (prueba de dureza de rebote dinámica). El método Leeb es adecuado para objetos pequeños de formas simples que pueden ser reforzados con soportes para evitar valores erróneos. Por otro lado, el método UCI es recomendado para materiales de grano fino de cualquier forma y tamaño, siendo especialmente útil para determinar endurecimiento por deformación en piezas forjadas y en áreas críticas de soldadura.